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En este artículo vamos a ver qué es y qué implicaciones tiene una de las partidas contables más destacadas a la hora de valorar una empresa, el Capex.
Estoy segura de que es un concepto del que habéis oído hablar en numerosas ocasiones, aún así vamos a ver qué entendemos exactamente cuando hablamos de Capex que tipos diferentes de Capex podemos encontrar y porqué es algo a lo que debemos prestar atención como inversores.
¿Qué entendemos por Capex?
Este término recibe su nombre por sus siglas en inglés “Capital Expenditure”, es decir, es el gasto en capital, o el gasto que las empresas hacen cada año en adquirir y mejorar sus activos como por ejemplo ordenados, vehículos, edificios, etc.
En otras palabras, el Capex es la cantidad de dinero que las empresas invierten en sus activos durante un periodo de tiempo, inversiones imprescindibles para el funcionamiento del negocio.
Hasta aquí todo claro, ¿verdad? Sin embargo la hora de analizar el Capex vamos a poder encontrar básicamente dos tipos de gasto en capital muy diferentes. Por un lado tenemos lo que se conoce como Capex de mantenimiento que es la inversión continua que una empresa tiene que hacer para mantener su actividad, es decir, para asegurarse de que sus activos siguen siendo capaces de rendir al mismo nivel. Por otro lado tenemos lo que se conoce como Capex de crecimiento que engloba las inversiones no recurrentes que las empresas acometen para poder crecer.
Pongamos un ejemplo para ver las diferencias. Supongamos que tenemos una cadena de supermercados “Supermercados Madrid, SL” que tiene dos establecimientos en el centro de la ciudad y que durante este año va a gastar 20.000 € en pintar las paredes, arreglar las estanterías y comprar cajas registradoras nuevas. Esos 20.000 € serían el Capex de mantenimiento, es decir, el dinero que estaríamos invirtiendo para mantener en buen estado los establecimientos que ya tenemos. Insisto, hablamos de una inversión que tenemos que hacer constantemente, de forma recurrente, para que nuestros activos continúan funcionando con normalidad.
Luego por otro lado decidimos invertir 50.000 € en abrir un nuevo supermercado, esto es lo que conocemos como Capex de crecimiento y aquí estamos invirtiendo dinero con el objetivo de expandir nuestro negocio e incrementar las ventas.
Y la pregunta que nos podemos hacer es,
¿Por qué es importante diferenciar entre Capex de mantenimiento y Capex de crecimiento?
Pues básicamente porque el Capex de mantenimiento es una partida recurrente que erosiona los resultados de la empresa constantemente, de esta forma si el Capex de mantenimiento de una empresa es relativamente alto, el flujo de caja libre de la compañía se verá altamente afectado de manera que la empresa tendrá que dedicar muchos recursos para mantener sus operaciones, incluso, llegado el caso, el flujo de caja libre podría volverse negativo. De esta forma muchas veces podemos encontrar empresas que nos pueden parecer que cotizan muy baratas en el mercado, por ejemplo, con un ratio PER muy bajo, pero sin embargo, lo que encontramos al indagar en sus cuentas es una necesidad constante de invertir grandes cantidades de capital tan solo para mantener sus operaciones y, por tanto, son empresas que tienen el riesgo de convertirse en auténticas trampas de valor.
Sin ir más lejos esto es algo que ha ocurrido frecuentemente en el sector de las telecomunicaciones, la permanente evolución tecnológica ha hecho que constantemente muchas de esas empresas hayan tenido que invertir enormes cantidades de dinero tan solo para mantener su negocio. La llegada del 3G, más tarde el 4G y posteriormente el 5G. Al final el flujo de caja termina siendo devorado por toda esa necesidad de inversión, esto explica que el propio Warren Buffet a la hora de calcular el beneficio para el propietario tenga en cuenta esta partida el Capex de mantenimiento.
Dicho esto hay dos preguntas que tenemos que contestar:
¿Existe algún nivel adecuado correcto de Capex de mantenimiento?
Pues no, lo cierto es que no, es algo que va a depender de cada caso, hay sectores que están más capitalizados, es decir, que requiere más inversión en activos fijos y otros que lo están menos. Sin embargo, un ratio interesante puede ser fijarse en la relación que existe entre el flujo de caja y el Capex de la empresa y comparar entre diferentes empresas del mismo sector. Claro que antes de llegar a ese punto tenemos que resolver otra cuestión.
¿Cómo podemos calcular el Capex de mantenimiento, dónde está desglosada esta partida?
Pues no lo está, calcular el Capex de mantenimiento no es algo tan sencillo, requiere conocer muy bien la empresa para poder hacer una aproximación porque no existe una fórmula o un método definido. De hecho en la literatura financiera vamos a poder encontrar muchas alternativas diferentes sobre cómo cuantificarlo. Por ejemplo algunos libros de contabilidad y finanzas plantean equiparar el Capex de mantenimiento al conjunto de amortizaciones y depreciaciones registradas en las cuentas anuales de una empresa, luego otra alternativa es la planteada por Bruce Greewald, profesor de Finanzas en la Columbia Business School y autor de uno de los libros más conocidos sobre el value investiment.
En este caso Greewald nos plantea que para calcular el Capex de mantenimiento tenemos que estudiar la relación entre la inversión de la empresa y su cifra de ventas durante un período de al menos 5 años, calcular un promedio y tener en cuenta el crecimiento de la empresa para estimar el Capex de mantenimiento.
En fin, como veis no es algo sencillo como parece a primera vista, sin embargo, conocer cómo la empresa asigna sus recursos y qué necesidades de capital tiene es algo imprescindible para valorarla adecuadamente y no correr el riesgo de caer en una trampa de valor.
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